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Madrid, 21 de mayo 2011.– El movimiento #15M #Spanishrevolution nació un 15 de mayo del 2011 en España. Un país que arrastraba más de 3 años recesión económica durísima, con 5 millones de desempleados y el riesgo de la pérdida de una generación. Estas condiciones invitaban a una reacción social, tarde o temprano. Y llegó el #15M. De forma espontánea, organizada, quién sabe, pero de nuevo, internet y las redes sociales han jugado un papel primordial para conglomerar la indignación de miles de ciudadanos. Y es lo que vamos a analizar aquí, en la jornada de reflexión previa a las elecciones municipales y autonómicas que se celebran mañana.
Se va cumplir una semana del nacimiento del #15M, una concentración de jóvenes, y de otras edades, en la Puerta del Sol de Madrid (Kilómetro 0). Su viralidad, digital y física, ha sido de tal magnitud que ha contagiado al resto de grandes plazas en otras ciudades españoles, incluso a algunos países europeos. Una protesta ordenada y estructurada cada día a través de los hastag de Twitter, las páginas y grupos en Facebook, vídeos en You Tube, retransmisiones por streaming, los portales…y toda su repercusión en los medios de comunicación tradicionales: prensa, radio y televisión.
Seres humanos informadores en tiempo real
Acercarse a la Puerta del Sol y ver a cada ciudadano con su móvil, tableta o portátil, realizando fotos, mensajes, emails, vídeos es la confirmación de que nos hemos convertido en auténticos «seres humanos informadores en tiempo real». Antes informaban los medios de comunicación, exclusivamente. Ahora, cada uno de nosotros lanzamos mensajes, que serán informativos o no, o serán opiniones, críticas o recomendaciones. Las autoridades públicas hicieron todo lo posible en la Puerta del Sol para evitar las conexiones en Internet para dispositivos móviles. Tan sólo tenías que andar unos metros, alejarte de esta geolocalización, y emitir, emitir y emitir.
Esta realidad es una transformación histórica en la comunicación de los seres humanos, sin duda alguna. Una revolución que lo está cambiando todo: a los hombres, a las mujeres, a las empresas, a las instituciones, etc. Internet y los dispositivos móviles son las «venas», cada uno de nosotros que emitimos texto, imagen y vídeo somos la «sangre» de un nuevo entorno comunicativo, de relaciones y de comportamientos sociales.
El #15M es un ejemplo más, pero si miramos las recientes revueltas en los Países del Magreb, veremos que las redes sociales han sido unas herramientas muy útiles y determinantes. Lógicamente, ni Facebook, ni Twitter ganan manifestaciones, protestas o cambian gobiernos. Facebook y Twitter tan sólo son un «destornillador» y una «regla», simples instrumentos.
El ser humano, sociable por naturaleza, necesita interactuar (al menos, la gran mayoría), intercambiar, conocer, estudiar. Y ha encontrado en Internet y en los dispositivos móviles el canal perfecto para instrumentalizar este impulso. Y hay que estar contento de que así sea, porque la inteligencia colectiva mejorará nuestras sociedades, porque el conocimiento será instantáneo limando las injusticias.
El siglo XXI probablemente se inició el 11 de setiembre del 2001 con el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York. Sin embargo, la conversación digital a través de las redes sociales significa una nueva era. Nada es igual y todos deberán adaptarse.
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