Madrid, 25 de abril del 2023.- La red social Twitter tiene dos competidores directos: BlueSky y Mastodon. Ambas alternativas parecen dos hermanos gemelos de Twitter pero en su protocolo de ingreso, programación informática, algoritmos, moderación de contenidos, dinámica de publicación y búsqueda son diferentes.
La revista Hipertextual ha publicado una gran comparativa en la experiencia de usuario entre BlueSky u Mastodon que puede ser determinante para apostar por una de estas alternativas. Sus conclusiones sobre BlueSky:
- La interfaz. Es una simple copia de Twitter, y eso es positivo. Desde el primer momento te sientes como en casa y entiendes cómo funciona todo. Además, sólo cuenta con las opciones esenciales, y no cuenta con añadidos que suelen empeorar la experiencia en lugar de mejorarla. Este es uno de los principales puntos a favor de los clientes de terceros de Twitter: ceñirse al cometido de la aplicación. Además, la aplicación es muy liviana, aunque el tiempo de carga inicial es demasiado grande y da la sensación de ser una aplicación de pruebas en todo momento.
- El registro y funcionamiento inicial. Funciona como Twitter. Escribes tu nombre de usuario, contraseña y, si quieres, tu dominio web para identificarte. A diferencia de Mastodon, no has de elegir instancia sin saber cómo funciona cada una de ellas o las implicaciones que conllevan estas. Además, las cuentas podrán migrar a otra red dentro del protocolo en el futuro sin ninguna limitación. No te sugiere personas a las que seguir a no ser que entres en las pestañas de sugerencias, pero puedes ver tuits que puedan gustarte en la sección ‘what’s hot’, que es un feed gobernado por algoritmo global.
- El ambiente que se respira. Sólo hay 20.000 usuarios de momento, así que realizar una valoración de cara a futuro sería injusto, pero el ambiente es mucho más cercano a los primeros días de Twitter que el que he podido observar en Mastodon. Casi todos los comentarios son sobre la propia plataforma y lo que están haciendo los propios usuarios. La conversación no se centra en lo malo que es Elon Musk como sí ocurre, en mi experiencia, en Mastodon.
- Los desarrolladores usan la aplicación. Uno de los grandes problemas de Twitter era que su junta directiva jamás usaba Twitter, y ahora el problema es que su nuevo jefe no para de usarlas y de cambiar la red social entera para que se adapte a sus necesidades. En Bluesky, todo el equipo de desarrollo está dentro de la plataforma, es activo y responde habitualmente a las peticiones, dudas y problemas que tengan sus usuarios.
- Lo que no se ve. El protocolo sobre el que funciona Bluesky me parece el mejor acercamiento posible a crear un Twitter descentralizado que sea operativo para el gran público a diferencia de la alternativa Mastodon.
Según Hipertextual, En Mastodon, el dueño de la instancia controla toda la instancia. Decide qué se puede decir y qué no, tiene acceso a leer tus mensajes directos, y, si quieres migrar, sólo conservarás tus seguidos y seguidores, no tu contenido. El enfoque de «si te tratan mal, te puedes ir» siempre me ha parecido inquietante. Alivia un posible mal, pero no lo erradica. En Bluesky te ciñes a las normas de la empresa dentro de su dominio, pero puedes decidir salirte y operar desde tu propio dominio sin perder nada por el camino ya que tus posts puede seguir siendo leídos. Además, soluciona en gran parte el problema de las suplantaciones. Por ejemplo, los desarrolladores usan el dominio «bsky.team» en lugar de «bsky.social» y Jay Graber, CEO de la empresa, usa su propio dominio web. Es apto tanto para los usuarios que quieren elegir su nombre y olvidarse de todo lo demás como para los que desean ostentar mayor control.
En definitiva, empezar de 0 en una red social requiere de una gran inversión de tiempo para crear una comunidad, leer sus publicaciones y conseguir networking. Si tienes estos beneficios digitales, (auténticos tesoros), en Twitter conviene también valorarlos.
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