Madrid, 19 de mayo 2019.-Respuesta: Dejar de lado las estrategias reputacionales a medio y largo plazo para focalizarse en soluciones resolutivas diarias. Pero es necesario que nos refiramos al contexto para entender la situación. 

El temporal económico, pensamos, es el mismo que nació en el año 2008 con la quiebra de Leman Brothers y las hipotecas basura que se extendieron por todo el mundo. Acumulamos 11 años de tendencias alcistas y bajistas de una misma noria. Es la misma macro crisis, en nuestra opinión, con gravísimos problemas sin acometer: crecimiento de los partidos populistas en toda Europa, tensiones de la Administración Trump con Corea del Norte, Irán, Venezuela, etc, el descenso de la población, el futuro de las pensiones, violencia de género, los movimientos sociales intolerantes, la credibilidad de Internet por las fake news, etc. 

Tan sólo son unos brochazos de actualidad que dibujan el contexto en el que tienen que desenvolverse las empresas. Desde el punto de vista de la estrategia de comunicación se producen estos escenarios:

• ¿Cómo mantenemos la confianza de nuestros consumidores en nuestra marca?.
• El avance tecnológico es tan abrumador que desconocemos si, por ejemplo, el standard blockchain hay que aplicarlo en este momento. 
• ¿Cuál es la formación ideal para la Marca Personal del portavoz de la empresa o el CEO?. 
• ¿Dónde se queda el valor añadido de la compañía, lo puede consultar el mercado, mis futuros clientes?
• ¿Qué clase de comunidad digital necesitamos hoy?. ¿Disgregada o en un solo espacio?.
• ¿Cuál es la mejor de comunicar que mi empresa ya está implementando tecnologías de la generación 4.0?. 

Cada empresa tiene sus respuestas exclusivas. Cada compañía tiene que plantearse cómo comunicarse con sus clientes. El servicio prestado o el producto vendido, es sólo el inicio de la relación empresa-cliente.

El cliente tiene el control de la tecnología y la información, a veces incluso por encima de la empresa. Este cambio obliga a la empresa a crear estrategias de comunicación empresarial para responder a cualquier petición exigente del cliente. Por ejemplo, la generación de contenidos técnicos por parte de los profesionales. Este sencillo paso es un gran avance para aquellas compañías que decidan apostar por estrategias a largo con plazos con resultados comprobados. 

Tan sólo un recuerdo de cómo se vendían los productos y los servicios hace unos breves años: