Madrid, 9 de diciembre del 2019.- La participación de los Directivos de una empresa en jornadas, seminarios, charlas monográficas, etc. es, sin duda, una de las actividades más provechosas del Marketing y la Comunicación. Siempre con las cautelas previas de medir las sinergias entre marcas, el perfil del público asistente, los colegas seleccionados en la conversación y los objetivos del evento. Nada se puede dejar a la improvisación, y sobre todo, cuando hablamos en público.
Por cierto, otro factor a tener en cuenta si la intervención es gratuita o conlleva inversión en patrocinio o publicidad. Lamentablemente, esta segunda opción es cada día más frecuente. Se ha convertido en una rareza que te llamen a una jornada, sin pedirte a cambio una contraprestación.
En cualquier caso, tratamos en estas actividades de un tipo de networking natural, nada forzado, y en ocasiones, muy eficiente por el perfil, tanto de los ponentes, como del público.
Las ventajas del evento anual propio
La celebración de una jornada sectorial es casi diaria en muchas ciudades españolas. Sin embargo, siempre hay espacio para determinados eventos técnicos o formatos innovadores. Los beneficios de crear un evento anual propio son numerosos:
- Impulso al branding de su empresa.
- Resultados de Estrategia Comercial especial.
- Fomento de las Relaciones Institucionales.
- Generación de bases de datos segmentadas.
- Visibilidad en medios de comunicación.
- Trending Topic en las Redes Sociales.
- Fidelización de la cartera de clientes.
- Registro de potenciales clientes.
- Contacto con nuevos proveedores, partners, etc.
Uno de los secretos es la periodicidad. Es decir, si se elige una periodicidad anual, lo razonable es mantenerla en el tiempo. Lo desaconsejable es modificarla sin previo aviso.
El formato y los asuntos a analizar requiere de un estudio para dar paso a la innovación. Sin embargo, la elección de los ponentes es la referencia capital del evento. Su trayectoria, su capacidad de amoldarse a nuestros requerimientos, y centrarse en aportar valor añadido, son claves.
La participación real del público también es vital. No dejar los últimos cinco minutos de la charla. Según el público asistente, la charla se puede enriquecer notablemente con cualquier duda escuchada en el momento justo.
Por supuesto, un evento anual propio tiene sus riesgos de imagen si asiste poco público, si hay críticas en las redes sociales, si no sale reflejado en los medios de comunicación, pero estas variables se deben gestionar con el suficiente tiempo previo.
Su empresa puede participar en Congresos de otras marcas. Pero, su Congreso, construido para sus intereses y beneficios, es nuestra recomendación más clara para el 2020.
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